Por Melany Nayib Mejía Villalobos
Grupo Asesor de Jóvenes GOYN Barranquilla-Colombia
La juventud de Barranquilla ha demostrado una notable capacidad para identificar, analizar y generar soluciones frente a los desafíos que enfrentan en el ámbito de la empleabilidad. Desde su vivencia directa, muchos jóvenes han desarrollado propuestas innovadoras, proyectos y programas que responden a la realidad del mercado laboral, apostando por el fortalecimiento de habilidades pertinentes y contextualizadas.
Según el informe GOYN Barranquilla 2024, se estima que el 40% de la población joven de la ciudad está compuesta por “jóvenes con potencial”, es decir, personas entre 15 y 28 años que no estudian, no trabajan o lo hacen en condiciones de informalidad. Este grupo enfrenta múltiples barreras estructurales para acceder a oportunidades dignas de empleo y formación. Un dato particularmente preocupante es que el 51,4% de estos jóvenes son mujeres dedicadas a labores domésticas y de cuidado no remuneradas, lo que evidencia una profunda brecha de género que restringe su participación en el mundo laboral y acentúa su vulnerabilidad económica.
Ante este panorama, el emprendimiento se ha consolidado como una alternativa viable para muchos jóvenes. Más allá de una opción de subsistencia, se percibe como una vía para ejercer autonomía económica y generar soluciones sostenibles a nivel comunitario. El pensamiento creativo, la identificación de problemáticas locales y la búsqueda de independencia financiera son elementos clave que impulsan a la juventud a emprender.
Los espacios de escucha y participación promovidos por el Grupo Asesor de Jóvenes de GOYN Barranquilla, en articulación con diversas organizaciones del ecosistema, han sido clave para comprender las percepciones y necesidades de la juventud en torno al empleo. En los encuentros realizados en diferentes barrios de la ciudad, los jóvenes han expresado de manera reiterada la necesidad de que la formación educativa incorpore rutas complementarias enfocadas en el desarrollo de habilidades blandas, competencias digitales, liderazgo y trabajo en equipo. Existe un consenso claro: la formación académica tradicional no es suficiente y debe fortalecerse con herramientas que preparen a los jóvenes para enfrentar los desafíos reales del mercado laboral. Asimismo, han señalado la importancia de que las empresas no solo ofrezcan oportunidades de empleo, sino que también implementen procesos de acompañamiento una vez se concreta la contratación, facilitando así una inserción laboral sostenible y significativa.
En cuanto a las oportunidades de formación y empleabilidad, se destacan iniciativas como el Fondo Quiero Ser Digital, que ofrece formación gratuita en habilidades digitales, con acompañamiento en la búsqueda de empleo y apoyos complementarios. A la fecha, 445 jóvenes se han graduado de este programa. Por su parte, la Fundación Promigas, a través de “Más Empleo Juvenil”, impulsa la inserción laboral de jóvenes en situación de vulnerabilidad mediante formación, acompañamiento y conexión con el mercado laboral, al tiempo que fortalece capacidades emprendedoras para fomentar la creación de nuevos negocios.
GOYN Barranquilla ha implementado una línea estratégica basada en la co-creación con jóvenes, facilitando encuentros con empresas locales para identificar necesidades de talento humano y sensibilizar sobre los beneficios de incluir jóvenes en sus procesos de contratación. Una constante en estos espacios ha sido la identificación de una barrera crítica: la información sobre oportunidades laborales y formativas no está llegando de manera efectiva a los territorios más vulnerables. Esto limita el acceso equitativo a las oportunidades y refuerza las brechas de exclusión.
Este diagnóstico invita a una reflexión colectiva: ¿Cómo asegurar que la información llegue de forma oportuna y pertinente a los jóvenes que más lo necesitan? ¿Cómo lograr una verdadera articulación entre actores del ecosistema para que los esfuerzos no se dupliquen, sino que se complementen y potencien?
En conclusión, aunque existen iniciativas valiosas y el compromiso de múltiples actores, persisten brechas significativas en el acceso a empleos dignos para la juventud de Barranquilla. La respuesta a este desafío no puede recaer únicamente en los jóvenes. Se requiere un esfuerzo sostenido y articulado entre el sector público, el sector privado, las organizaciones sociales, las instituciones educativas y los propios jóvenes, para avanzar hacia un ecosistema de empleabilidad más inclusivo y equitativo. Transformar las trayectorias juveniles implica también cambiar las narrativas, reconociendo a los jóvenes como actores clave del desarrollo local, con capacidad, talento y propuestas que deben ser escuchadas e impulsadas.