Soy Moisés García, tengo 21 años, vivo en la bella Iztapalapa y soy un Joven Oportunidad.

Acabé la prepa hasta este año a mis 21, pero pude terminarla gracias a mi familia y mis propios recursos, porque el sistema educativo público no está habilitado para JO Neurodivergentes o en este caso Joven Oportunidad con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad y eso sin contar que no es un sistema muy amigable para las maternidades y paternidades jóvenes, para personas jóvenes con discapacidad o para las juventudes diversas en general, el sistema está hecho para un sector de jóvenes en específico el cual es uno muy reducido y reservado.

Este es el comienzo del por qué existe la deserción escolar. Vengo de un hogar con carencias en el cual este mismo sistema obligó a mi tío, un gran apasionado por la mecánica, que es mi figura paterna y actualmente mi papá, a dejar el estudio y su medio tiempo trabajando como electromecánico para trabajar de lleno y pagar el tratamiento de cáncer a mi abuelita.

Mi padre biológico fallece y mi tío se encarga de mí y de mi hermana, y deja todo en México para emigrar a Estados Unidos por una mejor vida para nosotros y ese fue el costo de una mejor vida: su educación y preparación profesional y educativa.

A que voy, no todas y todos los jóvenes que dejan sus estudios, los dejan por querer dejarlo, tenemos que entender su contexto, su historia y su entorno, y solo después de entenderlo les pregunto: ¿Qué hubieras hecho en su lugar? ¿Ven ahora lo difícil de ser un Joven Oportunidad?

Y justo en esta parte es donde entro yo y mi colaboración con la Red Global de Jóvenes Oportunidad como parte del Grupo asesor de jóvenes y representante de la comunidad LGBTTTIQA+, pues es donde se fortalece mi gusto y pasión por querer alzar la voz, por ayudar, por orientar y por qué no hubo nadie que ayudara a mi tío.

Nadie quién le indicará que tiene derechos laborales, nadie quien le dijera que trabajar horas extras sin paga por “ponerse la camiseta” está mal, nadie quien le diga que las prestaciones de ley también lo incluyen a él, nadie quien se acercara para ayudarle en su inserción al mundo laboral.

Si hubiera estado alguien acompañándolo en su preparación seguramente hubiera encontrado trabajo en México, pues no había nadie quien le diera esa primera oportunidad laboral aquí, para poder crear esa dichosa experiencia que tanto piden, ya que le pedían mínimo 3 años de experiencia laboral de manera formal. Una cifra imposible de alcanzar si no te dejan demostrar tu talento empírico, el que deja tú el ser Joven Oportunidad sin experiencia, debes de enfrentarte a los prejuicios.

Que si eres madre o padre, que si tienes tatuajes, por tu color de piel, por tu manera de vestir, por todo. Porque los empleadores quieren talento joven, energía joven, dinamismo joven, todo lo quieren joven, pero no quieren a jóvenes sin carrera, sin experiencia laboral, que sigan estudiando, que sean madres o padres, que tengan tatuajes, que no encajen en sus estándares de belleza, que sean de la comunidad LGBT, que tengan discapacidad, que se quejen por las malas prácticas en su empresa, que exijan se respeten sus derechos, porque aguas si digo que trabajar horas extras sin paga está mal y pedir que se respete mi horario laboral, ushhhh no, para que te cuento, en automático me transformo en un chico “Generación de Cristal” que no quiero hacer nada y solo cobrar.

Perdón si me hace de cristal el pedir hacer el uso pleno de mis derechos.

Y es por él, por mí, por las y los que no pudieron y por las y los que vienen que no me gusta quedarme de brazos cruzados sabiendo que existen más tíos, tías, hermanos, hermanas que dejan a sus familias, sus estudios, sus sueños por ser alguien preparado. Todo para poder tener acceso a una vida digna.

En GOYN y La Alianza Jóvenes con trabajo digno creemos en el poder de las juventudes, creemos que solo con la colaboración de todos, tanto empresas, fundaciones, gobierno y la voz de las y los Jóvenes Oportunidad es que lograremos ayudar a crear espacios seguros para el esparcimiento, crecimiento y desarrollo de estos mismos.

Y, hablando de espacios seguros, GOYN y La Alianza Jóvenes con Trabajo Digno son espacios donde puedes expresar tu pensar y tu sentir, son lugares creados para las y los Jóvenes Oportunidad con el fin de escucharles y brindarles el apoyo u orientación solicitada, pues muchas veces otras instituciones imparten capacitaciones que son obsoletas, pues no es posible conectarnos con el mundo laboral y en demasiadas ocasiones piensan que solo es sacar capacitaciones en masa o vacantes laborales a lo loco para las juventudes.

Tampoco se trata de eso, sino también es verificar que estos puestos puedan brindar una vida digna a estas y estos mismos, pero muchos empleos que son para las “juventudes”, los hacen sin tomar en cuenta que quizá aún son estudiantes, madres o padres o son jóvenes con discapacidad y se olvidan de la movilidad, accesibilidad y los riesgos o desgaste que ocasione hacer 2.30 horas de traslado en un empleo en el que salen a las 10 P.M. y llegan ya de madrugada a casa sin tener tiempo para poder continuar sus estudios o, como en todos los casos pero en específico en los casos de maternidades y paternidades jóvenes, no dejan ni espacio para la recreación con su propio núcleo familiar.

Ello sin mencionar los riesgos de las juventudes con discapacidades y la falta de accesibilidad tanto en los lugares de trabajo y en la ciudad en general, y todo para que al final de cuentas el salario no alcance ni para dos canastas básicas… pero no solo de esta manera es como se afectan a las y los Jóvenes Oportunidad, existen muchos estigmas y prejuicios erróneos, pues desde nuestro lenguaje construimos y creamos, así que dejemos de construir estigmas, los Jóvenes Oportunidad  tenemos nombre.

Soy Moisés García y no soy un NINI, soy un Joven Oportunidad.

* Moisés García es miembro del Grupo Asesor Juvenil de GOYN.