Por Lic. María José Gómez Meingüer
Embajadora del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave
en la Red Juvenil por la Agenda 2030, Segunda Generación
Tras seis años consecuentes de la nueva realidad, la cual ha llevado a nuestra sociedad a una innovación digital para las oportunidades de formación y capacitación por instituciones de nivel local, nacional e internacional. Las juventudes se han visto exoneradas dentro de los adelantos de comunicación a la movilidad presencial de actividades de su interés; concursos académicos digitales, convocatorias de distintos campos de estudio en línea, cursos de idiomas de modalidad virtual, se han visto como acompañantes de la cotidianeidad estudiantil en la actualidad ¿Pero cuáles son sus consecuencias?
El aumento de las expectativas en la preparación juvenil ya no se limita a un promedio académico, al estudio de un solo idioma o actividades extracurriculares de la propia institución estudiantil. Hoy, la competencia entre la comunidad estudiantil superior para los espacios profesionales se ha visto infligida por la comparación de oportunidad y comunidad, sin tener en cuenta las realidades de comunicación y búsqueda concreta de formaciones, y el distanciamiento entre las oportunidades económicas y sociales de estas juventudes.
La creación de espacios digitales por cada organización, escuela, institución, profesionista y ente gubernamental se ha visto dependiente de las redes sociales para su oportuna resonancia de participación y continuo funcionamiento, sin una estrategia, manejo o temporalidad pertinente para su conciso recibimiento por parte de sus puntos de interés que se acumula de manera incesante y repetitiva.
A esta extenuante cantidad de publicaciones, convocatorias y llamados de participación; que, si bien son por el interés de la optimización de los TIC para su uso educativo, termina siendo contraproducente en su exposición y a lo que se le determina como ruido visual.
Hay que aclarar que el ruido visual no es un concepto negativo, es simplemente el resultado del exceso de información e imágenes surgido a través de la necesidad de comunicar masivamente.
En la actualidad la gran cantidad de canales dificulta la concisa búsqueda de oportunidades para el fácil acceso, provocando el desperdicio de presupuestos, materiales y personal capacitado. ¿Requerimos limitarlo? ¡Para nada! ¿Requerimos saber si son fidedignas? ¡Por supuesto!
La participación de las juventudes debe ser retribuida con información fiel, que pueda ser reflejada en nuestra toma de decisiones y flexibles, sin llegar a disiparse a grupos exclusivos, la innovación debe abrazar las tecnologías.
Desde el 2022, La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) estimó que 68.5% de los hogares contó con disponibilidad de internet, y que el 78.6% de la población mexicana de 6 años en adelante (93.1 millones de personas) utilizó internet. Siendo el grupo de edad con más personas usuarias de internet fue el de 25 a 34 años.2
La educación accesible no debería ser una comunicación a voces, o ser encontrada por suerte, y al igual que la educación institucional requiere el mérito de calidad y observancia de participación en su finalidad, que es estar a su pleno encuentro para su uso, consumo y reconocimiento. Eliminar la brecha digital no debe existir en ausencia de la calidad y asesoría del elemento más esencial: el conocimiento.
Y si hablamos de objetivos claros para la educación con relación a la educación de calidad y sus metas, no podemos omitir las metas claras que tiene la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Dentro del ODS 4, no puede ser más clara la búsqueda la financiación al igual que va de la mano con esenciales medidas como la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza, el aumento del número de profesores, la mejora de las infraestructuras escolares básicas y la transformación digital.
Como soluciones y en cumplimiento de estas metas, hay iniciativas que han comenzado a surgir como respuesta de las discrepancias con el ruido digital y como innovaciones con la optimización de la herramienta de las TIC’s como método de difusión.
Una de las soluciones que he presentado, es el uso de redes sociales creadas especialmente con el propósito de hacer un punto de encuentro para comunidades especializadas. En el ámbito de conglomerar a difusores en espacios no sobresaturados de información para el único propósito de encontrar, apoyar y reunir oportunidades académicas y de formación gratuitas y en línea. Eliminando así las barreras de desigualdad de oportunidades con la población ya sea estudiantil o no.
DIPLO+ nace de las limitaciones de la contingencia del COVID-19 de movilidad académica del campo legal, y emerge este 2025 como un sitio difusor de distintas comunidades académicas -desde las ciencias y tecnologías, humanidades, artes, arquitectura, negocios, leyes y salud- y de estudios, en todos los campos de oportunidades -desde becas hasta webinars- que más de 150 espacios legítimos desde el sector de estudios nacional hasta de organizaciones internacionales ofrecen a lo largo de ciclos escolares y durante todo el año.
Link de acceso e invitación: https://discord.gg/62a5mSQQNm
Esta iniciativa se convierte en una herramienta retroactiva, ya que al mismo tiempo que depende de la información de la que se alimenta para difundir y ofrecer a los usuarios, también puede ser compartida como una fuente de ofertas académicas para quienes apenas comienzan, ambas desde la gratuidad y la digitalización.
Nuestro plan de preparación está comenzando en el Puerto de Veracruz con el enlace de distintas universidades. Pero con nuestra planeación DIPLO+ México, tenemos el propósito de enlazar a distintos espacios nacionales e internacionales para que las universidades incurran en la accesibilidad digital comunitaria, eliminar las desigualdades en las oportunidades de capacitación educativa superior y ofrecer recursos digitales innovadores.
Ciertamente, tenemos que demandar como propios poseedores del derecho a una educación de calidad las mejores alternativas para que alcancen a toda la población en el cumplimiento de deberes de las autoridades. Pero si como miembros activos de nuestra comunidad, quedamos a la espera de terceros que reflejan nuestra determinación con este camino, podremos esperar nunca ver los resultados.
“La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz” (Confucio)