El 31 de agosto en la Ciudad de México tuvo lugar el foro SLAN COOPERATIVO: ¿Cómo es ser un Joven cooperativista en América Latina?, que organizaron el Instituto Nacional de Economía Social (INAES) y el Global Forum for Social and Solidarity Economy (Gsef), cuyo objetivo principal fue el de conocer cómo las juventudes están construyendo una América Latina más justa y sostenible a través de la Economía Social y Solidaria.
El evento tuvo lugar como referente la forma de los jóvenes de emprender de manera colectiva, justo en el mes en el que la Organización de las Naciones Unidas declarara el Día Internacional de la Juventud y porque es indispensable colocar en la mirada de todas las instituciones de todos los países de la Región el generar acciones y políticas públicas a favor de las juventudes, incluyendo sus voces.
Al respecto, Aude Saldaña, secretaria ejecutiva del Global Forum for Social and Solidarity Economy (Gsef), señaló que ya en el año 2021 un foro mundial similar se realizó en México y uno de los ejes de ese ejercicio fue la construcción de una estrategia dirigida a los jóvenes, con base en un resolución de Naciones Unidas y otras agencias, que enfatizaron la importancia de la economía social y solidaria como un mecanismo para el desarrollo y de las cooperativas encabezadas, principalmente, por jóvenes como una alternativa en la que las juventudes juegan un papel esencial para realmente poder impactar, incluir y movilizar a favor del desarrollo sustentable. La cuestión central es visibilizar la inclusión al trabajo colectivo en donde las juventudes definitivamente son agentes de desarrollo.
Importante fue la mención acerca de que Gsef es una organización internacional en donde colaboran muchos países y gobiernos locales, que han decidido crear un área específica de juventud para que, de manera transversal, incidan en todas las acciones de esa organización en sus decisiones, con el objetivo de que las voces de las juventudes sean incorporadas en todo proceso, pues para Gsef es muy importante incorporar a las juventudes en todas las decisiones actuales y futuras.
En su intervención, Juan Manuel Martínez Louvier, director general del Instituto Nacional de Economía Social (INAES-México) y co-presidente de Gsef para América Latina y El Caribe, destacó la participación del gobierno de México y la alianza establecida con Gsef desde el 2018. Recordó que fue a solicitud de la doctora Claudia Sheinbaum que la Ciudad de México fuera la sede en el año 2021 del Foro Global de la Economía Social de manera virtual debido a la pandemia de Covid-19, y que, a pesar de ello, el apoyo del Gobierno de la Ciudad de México permitió que el Foro se convirtiera en una gran caja de resonancia para buscar los mismos intereses para consolidar esa alianza.
Citó que para el INAES es una convicción que el cooperativismo significa más que una modalidad, es un mecanismo para hacer las cosas de manera inteligente para el bienestar de todas y todos. Ello es importante hoy ante la complejidad que tiene el mundo y los grandes retos del futuro en el ámbito del trabajo, la incorporación de tecnologías, la terrible desigualdad económica que ha generado el modelo empresarial que sólo busca las ganancias de unos cuantos y no el bienestar de muchos. Indicó que ante esos grandes retos las juventudes deben pronunciarse, de ganar espacio para expresar cómo quieren hacer las cosas. Y, en el contexto del cooperativismo, todavía es más importante escuchar sus voces.
Es relevante porque es preciso escuchar qué significa ser un joven, una joven cooperativista en América Latina, pues es un punto esencial fortalecer la idea de que lo que los jóvenes están haciendo tiene sentido, tiene un horizonte de futuro para sus aspiraciones, y las necesidades de sus regiones. Convocó a seguir aprendiendo las unas y los unos de las otras y los otros.
En su turno, Juan Humberto Cerdio Vázquez, Coordinador General de Fomento y Desarrollo Empresarial del INAES (México), relató que hace algunos años un amigo le dijo que no pensaba hablar ni escuchar a nadie de más de 40 años de la economía social y solidaria, sino que a los que más hay que hablarles de economía social y solidaria son los menores de 40 años, principalmente los jóvenes, acerca de este modelo económico social colectivo, como un nuevo modelo socioeconómico más justo equitativo, incluyente y sustentable, que ve primero a las personas y a la Tierra, antes que al capital, en el entendido de que al final la labor de generar rentabilidad económica pasa por generar el bienestar común.
Lo relevante no es que los jóvenes nos escuchen, sino escucharlos, pues nos debe interesar qué tienen que decir y qué podemos hacer los mayores de 40 con ellos, pues no es momento de pensar, es momento de actuar y es lo que se debe hacer si las juventudes deben transformar el mundo, de gestar un modelo económico diferente al que se le llama economía social y solidaria. Para ello, urgen procesos de innovación de los jóvenes para que éstos sean factores disruptivos para generar cosas nuevas todos los días, en un espacio en el que converjan 3 elementos: juventud, innovación y economía social y solidaria.
Al término del evento se convocó a los jóvenes de la región a que se sumen a una red internacional para seguir caminando juntos y compartiendo ideas, desafíos, habilidades y oportunidades, en un entorno de diálogo para seguir haciendo comunidad.
Se destacó como idea principal el continuar y ese tipo de ejercicio no se queden en un evento más, sino en construir una estrategia de algo mucho más grande y de una fuerza que involucre el empuje de los jóvenes.
Se llamó a incentivar la economía social en la región, para lo que este Slam cooperativo puso de relieve el interés de líderes por fomentar la participación de los jóvenes, pero también el interés de hacerse portavoz de la de las iniciativas de las juventudes.
Seguir escuchamos y trabajando de la mano de los jóvenes para impulsar que todas las voces de las juventudes sean escuchadas y estén presentes con incidencia de manera transversal en cada una de las decisiones que se toman en cada una de las resoluciones que tengan que ver con la economía social y solidaria y todo aquello que les afecta
Se consensó que hay un camino con certidumbre, en el que hay experiencias concretas que van iluminando otros caminos para que la humanidad pueda avanzar hacia la prosperidad, en sustentabilidad y en una humanidad compartida.
Se concluyó que la meta es construir un modelo económico más justo, equitativo, incluyente y sustentable y este momento y la oportunidad de esa tarea está en las manos de las juventudes, para transformar este mundo en un mundo mucho mejor.