Por Silvana Carranza Navarro
Consultora independiente y activista
A poco más de un mes de concluido el periodo electoral más grande en la historia de nuestro país, la Ciudad de México se prepara para ser gobernada por segunda vez por una mujer: Clara Brugada. Como Alcaldesa de Iztapalapa, la demarcación más poblada y con el mayor número de personas jóvenes, así como el mayor porcentaje de pobreza, rezago social y percepción de inseguridad de la Ciudad, se destacó por el diseño e implementación de 12 Unidades de Transformación y Organización para la Inclusión y Armonía Social, conocidas como UTOPÍAS.[1]
Una de las principales propuestas de campaña de Clara Brugada como candidata a Jefa de Gobierno fue la “Ciudad de los Cuidados”. A través de ésta, se compromete a construir un Sistema Público de Cuidados de alta calidad y cobertura; promete instalar centros de cuidado infantil, casas de día para personas mayores, centros de rehabilitación para personas con discapacidad y Unidades de Servicio para la Vida Cotidiana, que incluirán lavanderías, comedores comunitarios, ludotecas, servicios de relajación y apoyo para las tareas de las infancias, entre otros servicios, en todas las alcaldías.
Los trabajos de cuidados atraviesan la vida de todas las personas en todos los momentos de su existencia, sostienen la vida y generan bienestar. Sin embargo, históricamente no se les ha dado el reconocimiento que merecen, por el contrario, los cuidados han sido invisibilizados, subestimados y altamente feminizados, afectando sobre todo en las mujeres en situación de mayor pobreza.
Esta situación, si bien ha existido desde el inicio de la civilización humana, se puso de manifiesto durante la pandemia de COVID-19, la cual además de reconocer la importancia de los cuidados como trabajo esencial[2] para sobrevivir la crisis sanitaria, visibilizó el círculo vicioso existente entre cuidados, pobreza, desigualdad, violencias y precariedad.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha señalado que las personas en peor situación económica tienen menos posibilidades de contratar servicios de cuidados remunerados en el mercado, viéndose obligadas a realizar dicho trabajo ellas mismas. Cuanto más trabajo de cuidados realizan, más dificultades enfrentan para superar la pobreza, ya que la falta de tiempo limita sus oportunidades para insertarse en el mercado laboral, reproduciendo así el mismo ciclo. [3]
Tan sólo en la Ciudad de México, el dedicarse a los cuidados de manera no remunerada aumenta el índice de pobreza de la población hasta en un 10% en comparación a quienes se dedican a otras actividades, además de que en promedio las personas en situación de pobreza dedican hasta 34 horas a labores de cuidado, mientras que las de estratos económicos más altos, apenas y dedican una tercera parte.[4] Lo anterior se acumula desproporcionadamente al hecho de que, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), sólo el 15% de las personas en la economía de los cuidados en nuestro país cuentan con seguridad social.
Hoy en día la realidad es abrumadora, las personas que brindan algún tipo de cuidado, remunerado o no remunerado en la Ciudad de México son, injustamente, las más descuidadas, pues presentan una mayor brecha de desigualdad respecto al resto de las entidades del país.[5]
La situación es todavía más preocupante cuando volteamos a ver a la población joven, pero si un dato debería ocuparnos es que en el aspecto laboral, a nivel mundial la pandemia de COVID-19 perjudicó a las juventudes más que a cualquier otro grupo de edad y actualmente 10 millones de jóvenes están desempleados en América Latina.[6]
De acuerdo con la investigación realizada por la Red Global de Jóvenes Oportunidad y Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, tan solo en la Ciudad de México 940 mil juventudes enfrentan exclusión, trabajo precario y pobreza por ingresos. No obstante, el dato más alarmante es que de esas 940 mil juventudes, el 71% (667 mil) son mujeres y en su mayoría se encuentran excluidas por realizar labores domésticas de cuidado sin remuneración.[7]
Si bien América Latina y el Caribe han dado importantes pasos hacia una nueva organización social de los cuidados que supere la actual estructura desigual, reconociendo y valorando adecuadamente el trabajo de cuidados y promoviendo su distribución equitativa, en la Ciudad de México aún hay mucho camino por recorrer.
Por principio, hay una importante diferencia entre las políticas y programas que inciden en la forma en que se organizan los cuidados y los sistemas integrales de cuidados. Estos últimos descansan en “un modelo de gobernanza que incluye la articulación entre todas las instituciones que implementan acciones orientadas al cuidado de distintas poblaciones objetivo. Si bien existen muchas intervenciones que facilitan o contribuyen a los cuidados, su mera agregación no constituye un sistema de cuidados”.[8]
Los sistemas descansan en la idea de articular distintas intervenciones, no solo agregarlas (…) listar intervenciones múltiples y pretender llamarlas un sistema es una simulación. En cambio, construir reglas, procesos y espacios de decisión en donde se articulan diversas intervenciones para resolver las necesidades específicas de las personas que cuidan o requieren cuidados es técnicamente complejo y políticamente costoso.[9]
Aquí es donde la promesa de una “Ciudad de los Cuidados” para la Ciudad de México encuentra un reto significativo. El pasado 31 de diciembre de 2023 venció el plazo constitucional para que la legislación sobre los sistemas y programas establecidos en la Constitución de la Ciudad de México -incluido el Sistema de Cuidados establecido en el artículo 9 inciso B de dicho ordenamiento- entrarán en vigor.
Ante esta omisión legislativa, un grupo de abogadas y activistas impulsamos más de 5 amparos para exigir que el Congreso capitalino legisle una Ley Integral para un Sistema de Cuidados de la Ciudad de México y, al día de hoy, todos los amparos han logrado la suspensión definitiva para que las Comisiones correspondientes inicien con el proceso legislativo para estudiar las iniciativas presentadas por legisladores y legisladoras en la materia y convoquen a una consulta a personas con discapacidad.
A pesar de ello, el Congreso Local no ha puesto manos a la obra, por lo que al momento no existen ni el presupuesto, ni las reglas, ni los procesos para crearlo. Por tal motivo, ya que las juezas federales nos han dado la razón y toda vez que el Congreso no ha acatado las suspensiones, las y los legisladores han sido apercibidos de multa.
Un Sistema Integral de Cuidados para la Ciudad de México debe contemplar que las juventudes también cuidan y viven con diferentes discapacidades, como Fernanda. Ella es una joven de 20 años, paciente oncológica en vigilancia y con una discapacidad permanente como consecuencia de sus diversos padecimientos. Fernanda como muchas otras jóvenes ha encontrado barreras en su inclusión educativa y laboral ya que es la cuidadora primaria de su hermano de 8 años. No obstante, Fernanda también es una de las promotoras de las demandas de amparo contra el Congreso de la Ciudad para expedir una Ley Integral para un Sistema de Cuidados de la Ciudad de México y es integrante del Grupo Asesor Jóvenes (GAJ) de GOYN México.[10]
Las juventudes tienen un potencial creativo y transformador, esencial para crear soluciones innovadoras. Lograr las bases para un Sistema Integral de Cuidados es un esfuerzo colectivo, en el que la participación activa de las y los jóvenes debe centrarse en exigir inversiones para futuros más resilientes y prometedores, en los que sus voces y perspectivas sean escuchadas e integradas, lo que incluye oportunidades de aprendizaje de calidad y trabajo digno, en armonía con la naturaleza y todos los seres que la habitan.
La Ciudad de México tiene una tarea crucial por delante: unir la pieza final que permita diseñar, financiar e implementar un Sistema Integral de Cuidados. Este sistema no solo debe incorporar la voz de todas las personas, especialmente la de las juventudes, sino también convertirse en un pilar para superar el rezago, la pobreza y la desigualdad en nuestra Ciudad. Imaginemos un futuro donde las más de 667 mil mujeres jóvenes que cargan con responsabilidades de cuidados, puedan tener las mismas oportunidades que las demás.
El Congreso local tiene en sus manos un gran pendiente. Estudiar las iniciativas y convocar a una consulta a personas con discapacidad sobre una Ley Integral para un Sistema de Cuidados de la Ciudad de México, es el primer paso hacia una Ciudad de los Cuidados. Partamos de ahí, exijamos y no soltemos esta demanda.
[1] Estos espacios tienen como objetivo ofrecer un lugar de convivencia, aprendizaje y recreación para todas las personas, a través de actividades participativas y servicios para todos los integrantes de las familias. Sin duda, se trata de una política social exitosa que ha demostrado sus beneficios en la población de Iztapalapa, impactando positivamente a más de 700 mil personas, incluyendo infancias, juventudes, personas adultas y adultas mayores, así como personas con algún tipo de discapacidad.
[2] La Organización Internacional del Trabajo señala que el trabajo de cuidados consiste en actividades y relaciones requeridas para atender las necesidades físicas, psicológicas y emocionales de las infancias, personas jóvenes, personas adultas y adultas mayores.
[3] Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). (2022). La sociedad del cuidado. Horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género. Disponible en: https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/e3fd981b-467e-4659-a977-86d51798e0dc/content
[4] Evalúa CDMX, Sesiones virtuales del Consejo de Evaluación durante la semana de la evaluación gLOCAL2024, Segunda sesión “Diagnóstico y propuestas hacia la construcción de un Sistema de Cuidados en la Ciudad de México”, 6 de junio de 2024. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=f6HlxceF_xc
[5] Uribe, Bernardo, Padecen cuidadores de CDMX mayor desigualdad, Reforma Ciudad, 8 de junio de 2024. Disponible en: https://www.reforma.com/padecen-cuidadores-de-cdmx-mayor-desigualdad/ar2821521
[6] Organización Internacional del Trabajo (OIT), Resumen ejecutivo: Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2022: Invertir en la transformación de futuros para los jóvenes. Disponible en: https://www.ilo.org/es/resource/news/la-recuperacion-del-empleo-juvenil-sigue-produciendose-un-ritmo-lento-segun-0
[7] GOYN México (2024). Jóvenes Oportunidad de la ciudad. Nuestra voz, nuestra chamba, nuestra incidencia. Presentación de agenda, CEMEFI.
[8] Michel, C. L., Cejudo, G. M., y Oseguera Gamba, A. (2024). ¿Qué no es un sistema de cuidados? Nexos. Recuperado de https://redaccion.nexos.com.mx/que-no-es-un-sistema-de-cuidados/
[9] Ibid.
[10] Si te interesa conocer más sobre GOYN y el GAJ visita: https://goynmexico.org