By Elio Villaseñor G.
Director de Iniciativa Ciudadana
“No tenemos crisis con los jóvenes, sino que tenemos una crisis civilizatoria
que incluye a estos, a los viejos y al destino de la vida humana sobre la tierra.”
— José Mujica, expresidente de Uruguay”
El mundo laboral para los jóvenes en México está marcado por la precariedad y la exclusión.
En muchos casos, sus derechos son ignorados: jornadas de hasta 48 horas semanales, falta de seguridad social y obstáculos como la exigencia de experiencia para conseguir un primer empleo.
Actualmente, más de 15 millones de jóvenes entre 15 y 29 años forman parte de la población económicamente activa, lo que representa el 23.8% de la población nacional (INEGI, 2024). Sin embargo, las cifras reflejan una situación preocupante:
- Empleo informal: Más del 66% de los jóvenes trabaja sin prestaciones ni protección legal (CONEVAL, 2021).
- Salarios bajos: El 75% de los jóvenes entre 15 y 19 años, y el 70.5% de los de entre 20 y 29, ganan hasta dos salarios mínimos mensuales (CONEVAL, 2021).
- Cargas invisibles: Muchas y muchos jóvenes deben asumir responsabilidades de cuidado familiar, lo que reduce aún más sus posibilidades de estudiar, trabajar o emprender.
A pesar de esta realidad, los jóvenes siguen sin ser prioridad en la agenda pública. Se les visibiliza más en noticias policiales o de entretenimiento que en discusiones sobre sus derechos o futuro. En lugar de reconocerlos como protagonistas del presente, se les trata como una carga.
Como bien advirtió José Mujica, no estamos frente a una crisis juvenil aislada, sino ante una crisis de visión colectiva. Ignorar a la juventud es cerrar la puerta a un futuro más justo, inclusivo y sostenible.
En esa perspectiva, en esta Edición de Plataforma JuventudES, la Lic. María José Gómez Meingüer, en su colaboración nos alerta que el aumento de las expectativas en la preparación juvenil ya no se limita a un promedio académico, al estudio de un solo idioma o actividades extracurriculares de la propia institución estudiantil. Por su parte, Hannia Yohali Zenteno, nos comparte su periplo por la vida y los retos que ha enfrentado para superar la exclusión digital, el desempleo juvenil, la discriminación por código postal y falta de oportunidades. En tanto, el Dr. Jaime García Leyva, nos comparte su visión acerca de cómo los jóvenes indígenas, en las últimas décadas han reconfigurado su identidad personal y colectiva, así como sus vínculos y su sentido de pertenencia a sus comunidades de origen. Mientras que el Dr. Guillermo Cejudo (CIDE) reflexiona sobre la importancia de la investigación y la discusión actual en torno de las políticas públicas y el sistema de cuidados, un aspecto que México, al igual que en otros países de América Latina hay una discusión viva y muy intensa sobre la construcción de sistemas de cuidado.
Aún cuando los anteriores son temas aparentemente desvinculados, su convergencia revela que el trabajo digno para los jóvenes no puede seguir siendo una promesa pendiente. Garantizar sus derechos laborales es asegurar el presente y el porvenir de México. Sin oportunidades reales, no hay desarrollo posible.
Es momento de escuchar, de incluir y, sobre todo, de actuar.