Por Elio Villaseñor
Director General de Iniciativa Ciudadana para la
Promoción de la Cultura del Diálogo, A.C.
“Ninguna sociedad puede florecer
cuando deja atrás a sus jóvenes.”
— Kofi Annan
En los últimos días, la presencia de los jóvenes en la opinión pública ha sido inevitable.
El asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, a manos de un joven, y la marcha de la Generación Z en varias ciudades del país revelan dos caras profundamente contrastantes de la realidad juvenil.
Por un lado, están quienes, ante la falta de oportunidades, terminan siendo reclutados por el crimen organizado; por el otro, jóvenes que se movilizan y alzan la voz contra el miedo, la violencia y la incertidumbre que marcan su presente. Entre estas dos realidades extremas, existen millones de jóvenes que luchan cada día por sobrevivir, abrirse camino y aspirar a una vida digna.
En medio de este panorama complejo, diversas iniciativas de vinculación laboral han surgido como un puente de esperanza.
Tanto empresas socialmente responsables como organizaciones de la sociedad civil han impulsado programas que buscan fortalecer las habilidades técnicas y socioemocionales de los jóvenes para facilitar su incorporación al mercado laboral y promover un desarrollo profesional sostenible. “La mejor política social es abrir oportunidades reales”, recuerdan con frecuencia quienes trabajan por la responsabilidad social empresarial.
Ejemplos notables se encuentran en empresas como Grupo Bimbo, que se ha sumado al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, formando a jóvenes como “semilleros de talento”; CEMEX, con su iniciativa Nuevos Empleos y Oportunidades, enfocada en capacitar técnicamente a jóvenes en condiciones vulnerables; así como Nestlé México, Cinépolis y Google México, que han desarrollado políticas sólidas para la inclusión, capacitación y desarrollo del talento joven.
Según datos del CEMEFI, tan solo en 2024 se otorgó el Distintivo ESR a 1,035 empresas grandes, muchas de las cuales han puesto en marcha programas de vinculación laboral orientados a la juventud.
Si bien estos programas han abierto puertas y generado oportunidades reales, también es cierto que algunos jóvenes, una vez concluida su capacitación, no han logrado acceder a un empleo formal. El reto continúa.
El trabajo de la sociedad civil también ha sido clave. La iniciativa Empresas con la Juventud, impulsada por Red Global de Jóvenes Oportunidad Ciudad de México (GOYN, por sus siglas en inglés) y la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno , acompaña a empresas comprometidas con estrategias de diversidad e inclusión, poniendo el foco en jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Su objetivo es claro y profundamente humano: garantizar que más jóvenes accedan a empleos con condiciones dignas, estables y con futuro.
Ante estos esfuerzos diversos —y a veces dispersos— es fundamental seguir construyendo alternativas que permitan a las juventudes vivir con esperanza y no con miedo.
Como suele decirse, “un joven con oportunidades es un joven con futuro”.
En relación con lo anterior, en la presente Edición de Plataforma JuventudES, Carlos Flores, director general de Corazón Capital, advierte que las juventudes enfrentan una profunda crisis vital marcada por deterioro en la salud mental, expectativas laborales y económicas limitadas y un futuro incierto, por lo que “sus posibilidades reales”, “sus metas suelen organizarse en torno a la inmediatez y al día a día”. No hay un futuro alentador. Ante ello, Aldo Medina, de Ticket for Change, expone que metodologías que integran innovación, inteligencia colectiva y sostenibilidad, adaptadas para jóvenes, emprendedores y líderes corporativos, fortalecen proyectos de impacto al transformar sus empresas desde dentro.
Al respecto, Valeria Moy, directora general del IMCO, sostiene que el problema es tanto cultural como institucional y propone: se requiere articular mejor a empresas y escuelas, actualizar programas según la demanda laboral y ofrecer información clara que permita decisiones formadas.
En el terreno de los Cuidados, Mauricio Ariza Barile, presidente del Consejo de GENDES, A.C., y Gabriel Morales Hernández, Coordinador de fortalecimiento institucional esa organización, destacan la importancia de que los hombres se involucren activamente en las labores de cuidado, no solo para avanzar hacia la corresponsabilidad y la igualdad de género, sino también por los beneficios personales que el cuidado aporta al cuestionar mandatos masculinos tradicionales.
En el plano internacional, Gheida Abdala Omar, fundadora de Girls I-Save, celebra que en Kenia se viva una transformación impulsada por su juventud, que ha pasado del “potencial” al liderazgo activo en innovación, y sentencia: Kenia debe seguir creyendo en la juventud, porque la revolución de innovación que está liderando es solo el comienzo.
Finalmente, Randy Márquez, de GOYN Alumni, señala que los levantamientos juveniles ocurridos en 2025 en Katmandú (Nepal) y Uruapan (México) revelan un mismo patrón global: la Generación Z, cansada de la censura, la violencia y la falta de oportunidades, decidió irrumpir en el espacio político sin alinearse con ideologías tradicionales.
Ante ese panorama, el gran desafío y lo urgente es articular y fortalecer políticas públicas de vinculación laboral para la juventud, construidas de manera coordinada entre empresas, organizaciones de la sociedad civil y gobierno.
Solo así será posible transformar las muchas caras —y heridas— de la realidad juvenil en caminos de desarrollo y dignidad.