Por Hannia Yohali Zenteno Cruz
Grupo Asesor de Jóvenes-GOYN CDMX
Mi nombre es Hannia Yohali y soy parte del GAJ desde hace 3 meses. Mi interés por la defensa del trabajo digno en personas jóvenes comenzó por las terribles experiencias que viví desde la búsqueda de mí primera oportunidad laboral.
En 2022 navegando por Linkedln encontré un curso para formar activistas y decidí inscribirme. Dentro de las sesiones pude notar la realidad de las personas jóvenes en el ámbito laboral; escuché cifras de espanto, narraciones de discriminación y pude compartir desde mi voz todo lo que había experimentado hasta ese momento en los centros de trabajo. Quien brindó este curso fue la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno (AJTD), una red multisectorial formada por empresas y asociaciones civiles que buscan la inserción de las juventudes en trabajos dignos. Me interesó su propuesta y me dediqué a informarme más acerca de sus prácticas. Encontré un decálogo que sugerían a las organizaciones sobre buenas acciones con las y los jóvenes que quisieran aplicar a sus vacantes, después de eso mi interés aumentó y pensé en como comunicar todo lo aprendido con mi comunidad.
En el proceso me invitaron a presentar mis aprendizajes obtenidos en el curso y ahí pude compartir mis preocupaciones con más actores, por fin sentí que un problema que me preocupaba lo compartían más personas.
Conocí a Daniela Dorantes, una persona que me contagió con su entusiasmo y ha sido clave para impulsarme a participar en todas las actividades que he realizado hasta el día de hoy.
Seguí el trabajo de la AJTD de cerca y un día me contactaron para un focus group con más jóvenes: la misión era una lluvia de ideas para contruir una campaña sobre el trabajo digno, tenían en mente que la música fuera clave para lo que quisiéramos desarrollar. Después de conversar, comer pizza y refrescarnos, se nos ocurrió en conjunto crear un evento con una dinámica tipo tardeada para que todes pudieran llegar a su casa a tiempo, la idea era invitar artistas emergentes, brindar talleres y hacer distintos escenarios para que las personas asistentes pudieran tomar fotos y compartir en sus redes sociales nuestros hashtags.
Después de esa primera reunión, se agendó otra: la agencia ya tenía el flyer oficial de la campaña, se aceptó la idea del evento y nos preguntaron sobre los materiales y dinámicas para crear un dialogo con las personas asistentes en torno al trabajo digno. Fue una sesión muy divertida para mí, porque con pequeñas grabadoras recuperaban nuestras opiniones sobre todo lo que nos presentaban.
Crearon un beat oficial del evento, que hasta ese momento ya tenía nombre: Yo te la canto fest, el trabajo digno nunca sonó tan bien.
Abro un pequeño paréntesis para contar que a la par de la creación de este evento en la AJTD presentamos 4 propuestas de política pública integral a los equipos de las candidatas y el candidato a la presidencia de la república, fue emocionante porque las presentamos personas jóvenes de todo el país, pude conocer de cerca las preocupaciones y retos que enfrentan desde sus localidades y aunque se parecen a las de mi entorno se convirtió en un intercambio muy generoso de todas las latitudes. Cierro paréntesis.
Estábamos a pocos días del evento y el viernes 10 de mayo me invitaron junto con Angélica Jasso (secretaría de la AJCD) al programa Vamos Tranqui de Radio Chilango con Gina Jaramillo, yo antes apoyaba en el programa de radio de mi universidad por mi servicio social, pero no había experimentado el grabar en una cabina de radio tan sofisticada. El equipo fue muy cálido y fue una gran oportunidad para hacer difusión del evento.
Llegó el día tan esperado: 11 de mayo. Me levanté con mucha euforia y con un poco de miedo, temía que no muchos jóvenes asistieran, pero con toda la energía inicié mi viaje desde Ecatepec hasta el hotel Selina, sede del evento.
Llegué y todo se veía de ensueño, vasos color verde y morado con el nombre del evento, una canasta de taquitos con sus respectivas aguas frescas de horchata y Jamaica, 3 mesas preparadas para recibir a las y los talleristas, un espacio afuera con una persiana de bambú lista para llenarse de los stickers que estaban próximos a diseñar, una mezcladora preparada para ser tocada por los artistas que nos acompañarían esa tarde y un espejo con diferentes leyendas sobre el trabajo digo, listo para las fotos icónicas del día.
Dieron las 2:00 pm, la gente estaba llegando, mi emoción iba en aumento porque di la bienvenida a muchas caritas conocidas y todas recibían una playera conmemorativa del evento. Me presentaron a las y el tallerista, yo me iba a encargar del diálogo en el mural colectivo. Algunos jóvenes del voluntariado estaban preparados con unas tarjetas que funcionarían como guías para hacer diferentes preguntas acerca del trabajo.
Con música de fondo y un ambiente juvenil arrancaron los talleres, al mismo tiempo se estaba grabando un podcast de lo que sucedía en el evento, llegaban más personas y yo quería platicar con cada una, me acerqué y pude entablar conversación con jóvenes de la periferia, me contaban sus experiencias y como se habían enterado del evento, conforme avanzaba el tiempo la conexión se fortalecía y el diálogo era más fluido.
Llegó la hora que muchas personas esperaban, la intervención de 3 talentosas raperas que comparten la defensa de los derechos humanos por igual: Zeiba Cuicani, Julie Lobsta y Luna Roots, de fondo Ruido Beats prendiendo cada vez más el ambiente. Tuve la fortuna de presentarlas y dar las gracias por la asistencia, que superó nuestras expectativas, además de hacer mención sobre las propuestas que presentamos el 2 de mayo e invitar a más personas jóvenes a sumarse a nuestras actividades.
Es indescriptible el momento de las improvisaciones, les recomiendo ver los videos en las redes de la Alianza para que visualicen como se vivió el momento, yo estaba disfrutando con cada palabra, cada intervención, todas las rimas hacían un llamado al trabajo digno.
Cerramos el día con Fhecko, hasta ese momento pude ver el mural colectivo y que grandes obras se dieron en ese lugar, las voces al unísono exigimos trabajos que nos dignifiquen, que entiendan nuestras necesidades, buscamos parar el trabajo infantil, más oportunidades para las y los jóvenes, que nos empleen sin exigirnos tantos años de experiencia, pedimos confianza en nosotres, ser escuchadas y escuchados, igualdad de oportunidades y que se nos vea desde un lugar no adulto centrista.
Agradezco a cada persona por hacer posible este evento: las y los voluntarios, la comunidad que asistió, los medios que difundieron y nos dieron voz, a las y los artistas por su tiempo y amenizar la convivencia, a los encargados de alimentarnos, a las y los talleristas por compartir sus emprendimientos y su trabajo, la Alianza que estuvo detrás todo el tiempo y nos ayudó con toda la organización, a la agencia por materializar este proyecto, la sede por recibirnos y a mis amigues y familia por apoyarme.