Por Luis Felipe Sierra Ordoñez
Grupo Asesor de Jóvenes, GOYN Barranquilla
Es el segundo domingo del mes de enero y como todos ellos, Esteban Charris, un joven de 22 años, se despierta desde temprano para salir por su respetado barrio Las Nieves, en Barranquilla. Se siente muy orgulloso de haber nacido y de vivir aún en el mismo lugar. Sus salidas mañaneras se deben a su encuentro regular con un grupo juvenil que organizó hace tres meses, para hablar de temas alrededor de la realidad de su barrio y de su ciudad. El grupo lo conforman jóvenes de diferentes edades, gustos y opiniones. Generalmente muchas de las conversaciones giran alrededor de la política y cómo a través de ella, pueden ganar participación para acercar las oportunidades necesarias, con el propósito de que su entorno y sus habitantes, tengan la opción de soñar desde el barrio y ver materializado en él, todo lo que siempre han querido.
A lo largo de la historia motivaciones como la de Elías, han registrado grandes hazañas donde la juventud ha sido la principal protagonista, colocando sobre la mesa la relevancia de este sector poblacional en las conquistas a nivel de sociedad que se han alcanzado. La antigua Checoslovaquia en 1989, fue testigo de una ejemplar demostración de esto con la Revolución de Terciopelo, llamada así porque en las manifestaciones lideradas por jóvenes que reclamaban libertades políticas al régimen comunista de la época, no utilizaron ningún tipo de armas más que la valentía que dio como resultado, la transición a la democracia en esa parte del mundo. Igualmente en Colombia existen proezas sociales que generaron cambios estructurales como el movimiento de la Séptima Papeleta, donde bajo el liderazgo de un grupo de jóvenes universitarios que rodeaban los 22 años, lograron motivar una iniciativa que terminó reformando la constitución de 1986.
Esas mismas causas que a lo largo de la historia han movido la creación de diversas expresiones juveniles, existe en el sentir de miles de jóvenes. Muchos de ellos han decidido levantar su voz, ejercer su liderazgo y tomar las riendas de procesos sociales y políticos que han conseguido cambiar muchas realidades, pero también que han marcado hitos a nivel de juventud, que han transformado la imagen del joven en el medio político y que han construido una confianza tan grande que hoy ya es normal ver a gran cantidad de jóvenes asumiendo cargos de representatividad, donde tienen un poder de decisión capaz de trasladar los sueños colectivos a beneficios palpables para los sectores que representan.
Dentro de todos los elementos que pueden confluir en la ascendente reputación de la imagen juvenil dentro de la política, de las más admirables es que los jóvenes se han abierto espacios por sí mismos. Esto quiere decir que la fórmula que incluye canalizar la rebeldía propia de la juventud en función de un ejercicio social genuino, ha logrado tener éxito. La autoconstrucción de un camino que día a día se hace más amplio, pero más largo también, representa un reto para las nuevas generaciones, donde se logre estar a la altura de las discusiones, con la entereza necesaria para atajar los obstáculos y con el suficiente sentido de responsabilidad y pertenencia, para responder ante unas demandas sociales que cada vez son más exigentes.
Hoy nadie puede referirse a un joven diciéndole que no es capaz, todo lo contrario, hoy la juventud es digna de respeto y fascinación porque ha sabido resistir y defender lo propio, ha logrado trazar un ruta de aprendizajes demostrando que lo enérgico e innovador que resulta un proceso que incluya las ideas de un joven, puede modificar imaginarios y sobre todo abrirle paso a la inagotable firmeza con la que se han cimentado grandes triunfos políticos.
Lo anterior me entrega las razones de peso para seguir promoviendo a una generación incansable y me convence de lo mucho que vale la pena dejar abierta la invitación a más jóvenes de entrar por la puerta de los sueños, de hacerse fuertes y de continuar evidenciando que la juventud está preparada para proponer y construir lo que sus mentes se imaginan, en lo referente a los esfuerzos por la búsqueda de una sociedad mejor, más justa y donde la participación juvenil sea transversal a todos los procesos que se desarrollen en cualquier ámbito de interés general.