Por Randy Márquez
GOYN ALUNIM
Introducción
En un contexto global atravesado por la sobreinformación, los discursos polarizados y la creciente difusión de noticias falsas, **la comunicación** adquiere una nueva dimensión: es tanto un campo de disputa como una herramienta clave para la transformación social. Frente a este escenario, las juventudes no sólo son receptoras de estos flujos informativos, sino también **protagonistas activas en la producción, circulación y verificación de contenidos**.
Con una fuerte presencia en entornos digitales, las y los jóvenes se enfrentan al reto de construir narrativas propias, desmontar estereotipos y defender la verdad en un ecosistema mediático saturado. Su participación es clave para **promover una ciudadanía crítica, informada y transformadora**, que sepa enfrentar los desafíos del presente con creatividad y compromiso.
La Comunicación como Herramienta para Combatir la Desinformación
Hoy más que nunca, la comunicación debe ser comprendida como un **proceso colectivo de construcción de sentido**. No basta con emitir mensajes: es necesario promover el diálogo, el pensamiento crítico y la verificación constante de la información.
Las juventudes, con su dominio de las plataformas digitales y su mirada crítica, están en una posición privilegiada para crear contra narrativas que desarmen los discursos de odio, la manipulación mediática y la propaganda política. Al contar sus propias historias, desde sus realidades y territorios, fortalecen la confianza comunitaria y construyen nuevas referencias.
En este escenario, la alfabetización mediática se vuelve una herramienta esencial para la transformación: **comunicar bien es resistir, sanar y transformar**.
La Articulación como Estrategia Contra la Manipulación Informativa
Las redes sociales han sido fundamentales para conectar juventudes, pero también han sido terreno fértil para la desinformación. Por eso, se vuelve urgente fortalecer espacios de articulación colectiva, donde los jóvenes puedan intercambiar experiencias, aprender a identificar noticias falsas y generar respuestas organizadas.
Cuando se tejen alianzas entre colectivos juveniles, medios comunitarios, organizaciones sociales y educadores, se multiplica la capacidad de respuesta ante campañas de manipulación. Estos espacios colaborativos permiten promover valores como la veracidad, la empatía y la solidaridad, tan necesarios frente a la fragmentación social.
Además, la articulación entre actores locales e internacionales permite compartir buenas prácticas y metodologías para potenciar una comunicación ética, inclusiva y con impacto.
De la Representación a la Incidencia en la Ciudadanía Digital
En la era digital, dar voz a las juventudes no es solo abrir espacios de expresión, sino garantizar que sus perspectivas y conocimientos influyan en las decisiones que regulan los entornos virtuales.
La participación juvenil en la gobernanza digital es clave para impulsar políticas que protejan los derechos humanos en internet, que promuevan el acceso equitativo a la información y que combatan los sesgos algorítmicos. Las y los jóvenes no son solo consumidores de contenido: son creadores, curadores e influencers del cambio social.
Desde campañas de concientización hasta proyectos de fact-checking liderados por jóvenes, existen múltiples formas de incidir en el ecosistema informativo y defender la verdad como un bien público.
Cultura Digital y Creatividad para Reimaginar el Futuro
Frente a la desinformación, la creatividad y la cultura digital emergen como herramientas poderosas para comunicar de manera efectiva y conectar con distintas audiencias. A través del arte, los memes, los podcasts y los videos cortos, las juventudes están encontrando formas innovadoras de educar, movilizar y transformar conciencias.
Estas expresiones permiten llegar a otros jóvenes desde un lenguaje común, que conecta con las emociones y con la vida cotidiana. La cultura digital no solo entretiene: educa, convoca y construye comunidad.
Al resignificar lo cultural como un acto político, las juventudes están creando nuevas formas de resistencia pacífica y de construcción de ciudadanía crítica en la era de la post verdad.
Frente al avance de la desinformación y la manipulación mediática, la comunicación se reafirma como un derecho, una herramienta y un campo de lucha. Empoderar a las juventudes para comunicar con sentido, con ética y con perspectiva transformadora es una estrategia vital para fortalecer la democracia y construir sociedades más justas.
Hoy, más que nunca, necesitamos juventudes críticas, informadas y organizadas. Darles voz no es suficiente: hay que apoyar su formación, reconocer su liderazgo y asegurar que su participación tenga impacto real en las decisiones públicas, tanto en lo digital como en lo presencial.
La palabra joven, cuando se articula y se potencia, no solo informa: transforma