By Elio Villaseñor G.
Director General of Citizen Initiative for
la Promoción de la Cultura del Diálogo, A.C.
“Siempre es el momento apropiado
para hacer lo que es correcto”
– Martin Luther King Jr
La lucha por el reconocimiento del cuidado como un derecho humano, una responsabilidad social compartida y un eje fundamental de igualdad y justicia social no es reciente. Se ha construido con los aportes de comunidades, organizaciones de la sociedad civil, el mundo académico y experiencias internacionales que han colocado el tema en la agenda pública y han abierto camino con buenas prácticas.
Como lo señala ONU Mujeres:
“El derecho al cuidado es un derecho humano fundamental y su provisión debe ser entendida como un bien público esencial para la igualdad de género y la justicia social.”
Experiencias internacionales: territorios de cuidados
Un ejemplo significativo son los territorios de cuidados impulsados por ONU Mujeres.
Esta propuesta busca transformar los espacios comunitarios en núcleos donde se redistribuya y garantice el derecho al cuidado.
Los “territorios de cuidados” combinan servicios como estancias infantiles, centros de día para personas mayores, lavanderías comunitarias y espacios de recreación. En Lima, Quito y Bogotá ya funcionan experiencias piloto que muestran cómo los gobiernos locales, de la mano con la sociedad, pueden liderar estas políticas.
Su valor principal es que permiten desmercantilizar y desprivatizar el cuidado, convirtiéndolo en un bien común garantizado por el Estado, con un fuerte anclaje comunitario.
Experiencias nacionales: la voz de las trabajadoras del hogar
En México, destaca la labor del Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar (SINACTRAHO):
Fundado en 2015, fue el primer sindicato de trabajadoras del hogar en el país, pionero en la lucha por el reconocimiento de derechos en este sector.
Su activismo consiguió que México ratificó en 2020 el Convenio 189 de la OIT, que protege los derechos de las trabajadoras del hogar.
Ha impulsado el acceso a seguridad social, salarios justos y condiciones laborales dignas.
Y ha puesto en el centro de la agenda pública el valor del trabajo doméstico y de cuidados, remunerado y no remunerado, visibilizando lo que históricamente ha sido invisibilizado.
Aportaciones académicas y de sociedad civil
Académicos, activistas y organizaciones sociales han mostrado cómo los cuidados suelen implicar largas jornadas no remuneradas, en contextos donde las mujeres enfrentan inseguridad laboral, escolar y social.
Esta situación no es solo una injusticia, sino una realidad que mantiene a millones de personas —en especial mujeres— en la incertidumbre de sus derechos más básicos.
Un paso a la ley en la Ciudad de México
Frente a este panorama, el 11 de agosto de 2025, la Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, presentó al Congreso de la Ciudad de México la Iniciativa de Ley del Sistema Público de Cuidados, junto con una reforma al artículo 9 de la Constitución local para reconocer el cuidado como derecho humano y erradicar la división sexual del trabajo.
El nuevo sistema busca reconocer, redistribuir y reducir las tareas de cuidado, planteando con claridad que “cuidar no es un deber privado ni un destino natural femenino, sino una responsabilidad social compartida”. La propuesta establece un horizonte de 30 años para lograr cobertura total de infraestructura de cuidados en la capital, con la coordinación de las 16 alcaldías, cada una con su propio sistema local, articulado al de toda la ciudad.
El desafío: poner a las comunidades en el centro
Esta iniciativa responde a las luchas de las comunidades y al trabajo constante de la sociedad civil por reconocer el cuidado y garantizar derechos.
El gran desafío ahora es colocar en el centro a las trabajadoras y las comunidades como actores fundamentales en la implementación de estas políticas públicas.
Se trata de reconocer y fortalecer las redes comunitarias, aprender de sus buenas prácticas y articularlas con el esfuerzo de la sociedad civil y las autoridades.
Solo así se podrá dar un rostro humano al trabajo de cuidados y consolidar el principio de que cuidar es un derecho y una responsabilidad compartida.