Por Elio Villaseñor G.
“El papel del ciudadano en nuestra democracia no acaba con el voto”
(Barack Obama)
Después de su triunfo electoral el pasado 2 de junio, Clara Brugada, la Jefa electa de la Ciudad de México, ha delineado una visión integral que pone énfasis en el empoderamiento de los y las jóvenes de la capital del país, con ofrecimientos como brindar apoyos al emprendimiento (mediante el programa “Alas para los jóvenes”); acceso a la vivienda; inclusión laboral con salario digno, prestaciones y derechos laborales; beca de transporte para los estudiantes universitarios; educación, capacitación y cultura. Su enfoque se basa en experiencias previas como líder social y política, donde implementó políticas comunitarias autogestionarias para fortalecer la participación ciudadana, especialmente entre los jóvenes, y construir un espacio colectivo robusto.
Brugada Molina hizo un llamado explícito a la creación de “juventudes emancipadas y empoderadas”, lo cual implica no sólo la libertad y la autonomía de los jóvenes, sino también la provisión de herramientas y recursos que les permitan tomar decisiones informadas y participar activamente en la vida pública. Esta noción va más allá de la simple inclusión juvenil, pues todo indica que busca un cambio estructural donde los jóvenes no solo sean beneficiarios, sino también actores claves en la formulación y ejecución de políticas públicas en su favor y de sus comunidades.
La propuesta de una ciudad cultural es otro pilar fundamental en la visión de Brugada Molina de impulsar espacios de expresión y desarrollo para todos los ciudadanos, en especial de las juventudes, experiencias puestas en práctica durante su gestión como Alcaldesa en Iztapalapa, que mejoraron la calidad de vida y fortalecen el tejido social.
Lo anterior es una expresión de la trayectoria de Clara Brugada como líder social y política, que se ha caracterizado por promover políticas sociales comunitarias que fueron verdaderos laboratorios de políticas públicas comunitarias cuyo rasgo principal es el de ser acciones colectivas guiadas por métodos autogestionarios, que otorgaron voz y decisión a la comunidad, creando un sentido de pertenencia y responsabilidad colectiva, lo que no solo fortaleció a las comunidades, sino que también fomenta su innovación social y su capacidad para resolver sus problemas de manera autónoma.
En ese plano, la propuesta de Brugada Molina de colaborar con los jóvenes representa una ventana de oportunidad significativa. Se puede afirmar que el eje de ese ofrecimiento es no solo demostrar la viabilidad de las experiencias implementadas como Alcaldesa, sino sumar esfuerzos para crear un espacio colectivo donde las propuestas de los jóvenes encuentren eco y sean tenidas en cuenta, partiendo del principio de que la participación juvenil no debe ser un fin en sí mismo, sino un medio para lograr un cambio social duradero.
Uno de los mayores desafíos de la futura gestión de la Jefa electa de la Ciudad de México es asegurar que las experiencias y conocimientos adquiridos en el ámbito comunitario sean utilizados para construir políticas públicas efectivas ampliadas al nivel de lo que ha planteado para la Capital del país.
En lo anterior, será clave la transparencia y la rendición de cuentas para mantener la confianza y la colaboración entre todas las partes involucradas. Como sociedad necesitamos demostrar lo que por años hemos impulsado, sumando esfuerzos para lograr que los espacios públicos tengan una fuerte base de nuestras redes de jóvenes y la capacidad para concretar nuestras propuestas.
En lo inmediato, el gran reto será poner nuestras experiencias al servicio de la construcción de políticas públicas, lo que requerirá un compromiso y corresponsabilidad claros entre el gobierno, los jóvenes y la sociedad civil para actuar de manera conjunta como vigilantes y garantizar que se cumplan a cabalidad los compromisos establecidos.
En sintonía con lo anteriormente expuesto, en esta Edición de Plataforma JuventudES se compendian elementos de reflexión y análisis como la de Fernanda Monserrath, que nos comparte su reflexión sobre Incidencia política y legislativa de los jóvenes; el de Alan Eduardo Sánchez Lara, que analiza el tema del nuevo gobierno de la CDMX en el contexto del cambio climático y la crisis hídrica; el análisis de la Mtra. Alejandra Flores Bautista (ICAT), y su visión sobre la capacitación para el trabajo como componente del desarrollo integral de las juventudes en la CDMX; el de la consultora Silvana Carranza Navarro, sobre el Sistema Integral de Cuidados de la CDMX; igualmente el de Pablo Ulises Rodríguez Hernández, que escribe sobre la Experiencia de trabajo del Proyecto JuventudES: Formación y Empleo. Todos ellos en conjunto son de suma importancia para lograr efectivamente la construcción de políticas juveniles alternativas en nuestro país. En el mismo nivel destacan la visión externa de Eliana Castillo Rodríguez (GOYN-Bogotá), que nos comparte su reflexión sobre el potencial del involucramiento juvenil; y la experiencia de Randal Marquez (GOYN-Barranquilla) durante su participación en la Convención Anual de Democracy Moves.
El éxito de esta visión de conjunto dependerá de la capacidad del próximo gobierno capitalino para movilizar recursos, fomentar la colaboración y sentar las bases para que, en la práctica, cumpla con su designio de construir una ciudad más inclusiva y participativa. Pero más importante en esa perspectiva, será fundamental la visión y la participación activa de los jóvenes y de la sociedad civil para transformar las ofertas de campaña y de gobierno en resultados tangibles.