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EXPERIENCIAS:

¿Cómo generar una sociedad con valores cívicos y democráticos desde la sensibilización de las personas en un ámbito microsocial?

Autor:

Erika Estrada Ruiz
Erika Estrada Ruiz

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Licenciada en Derecho por la Facultad de Derecho de la UNAM. Especialista en materia Civil y Maestra en Derecho por el Posgrado de la Facultad de Derecho de la misma Universidad. Sus áreas de especialización están vinculadas al diseño institucional, las reformas electorales, el financiamiento de los partidos políticos, la fiscalización de los recursos públicos involucrados en la política y las estrategias de empoderamiento político de las mujeres. Actualmente, se desempeña como Consejera Electoral del Instituto Electoral de la Ciudad de México.

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de JuventudES:

Por Erika Estrada Ruiz,Consejera Electoral del IECM

La cultura cívica es un conjunto de valores, comportamientos y normas que guían la participación responsable de la ciudadanía en la vida pública y en la construcción de una sociedad democrática. Sus raíces se pueden rastrear hasta la Grecia antigua con el surgimiento de las ciudades-Estado en donde las personas que gozaban de ciudadanía podían influir y tomar decisiones políticas para determinar el futuro de su sociedad. No obstante, en aquella época la ciudadanía era una condición que estaba reservada solo para personas que contaban con cierto linaje y lugar de nacimiento y se encontraba restringida para los esclavos y las mujeres.

Durante la Revolución Francesa y las guerras independentistas del siglo XIX en lugares como América, surgió un renovado interés por el civismo como forma de convivencia social y política, sustentada en los valores de igualdad, libertad y en una forma de democracia que se iba ampliando para ir otorgando más derechos a más personas.

A partir de allí, el concepto ha evolucionado y se ha adaptado a los cambiantes contextos políticos, introduciendo valores como la tolerancia, el respeto, la no discriminación, la paridad y la responsabilidad; adaptados a visiones en las que se toman en cuenta las condiciones de grupos de personas que históricamente se han encontrado en desventaja como: mujeres, personas indígenas, personas con discapacidad, migrantes, jóvenes o personas de la diversidad sexual.

En la actualidad autoridades como el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) promueven valores para la convivencia en democracia en donde los alcances de la cultura cívica se han expandido más allá del ámbito público para aplicarse a contextos como las relaciones laborales, comerciales, intrafamiliares e incluso la pareja, pues se cree que una sociedad no puede aspirar a ser más democrática si la formación no comienza desde el ámbito más íntimo de las personas.

El respecto el IECM ha dedicado diferentes esfuerzos editoriales -como la serie “INCLUSIVE”[1]- para promover la sensibilización en asuntos como: los derechos de las personas migrantes, personas con identidad indígena, personas privadas de su libertad, etc. Además de impartir diversos talleres en temáticas como: democracia y masculinidades, democracia en el hogar y democracia y sexualidad.

Como ejemplo, en marzo de 2023 el IECM publicó como parte de su colección editorial de “Talleres: Mujeres libres y solidarias” un número de gran interés para las juventudes, dedicado a explorar y explicar la influencia de los valores de la cultura cívica y la democracia en la construcción de relaciones de pareja más justas y equitativas.

En este se contrastan dos tipos de convivencia en las relaciones: una democrática y otra conflictiva. La primera es aquella en la que existen el deseo y la intención por reconocer la dignidad y los derechos humanos a través del respeto y la construcción de acuerdos.

Por otro lado, la forma conflictiva de la pareja se centra en una dinámica en la cual ambas partes luchan por imponer su poder a través de prácticas violentas que pueden ser de tipo: psicológico, económico, patrimonial o físico.

En esta modalidad se han identificado tres fases del ejercicio de la violencia en las parejas:

“1) De acumulación de tensión. En la cual la violencia que se ejerce es sobre todo psicológica. La persona agresora manifiesta cada vez mayor irritabilidad, intolerancia y frustración: insulta, aísla, critica, humilla, responsabiliza de su estado de ánimo, cela, deja de hablar, discute y no permite hablar. 2) De estallido de la violencia. Es resultado de la tensión acumulada y deriva en la pérdida de toda posibilidad de comunicación con la persona agresora, quien descarga sus tensiones ejerciendo violencia, sobre todo física, psicológica e incluso sexual; sin embargo, luego de esto reacciona reconociendo las lesiones provocadas a su víctima y argumentando que se trató de un accidente. 3) De Luna de miel: en esta fase hay un momento de reconciliación, cuando la persona agresora se muestra arrepentida, no por el hecho de haber estallado de manera violenta sino por haberse excedido en la forma en que lo hizo. Sin embargo, la situación se vuelve a presentar y muy posiblemente las reacciones vayan siendo más y más violentas.”[2]

Para una pareja que tiene interés en vivir su relación a través de la modalidad democrática la clave no radica en tratar de evitar el conflicto, pues este puede surgir en cualquier situación cuando los intereses, valores, aspiraciones o necesidades de las personas comienzan a contraponerse, sino en intentar resolverlo de forma pacífica.

Para ello, el IECM sugiere algunos pasos desde la perspectiva de la solución democrática y cívica del conflicto que son:

1.    Clarificar el tema central e identificar el problema, separando a las personas.

2.    Identificar de forma conjunta las necesidades e intereses que prevalecen.

3.    Identificar en pareja los valores democráticos, como la libertad, la dignidad, la tolerancia, el respeto, etc.  que contribuyen a la solución.

4.    Proponer conjuntamente alternativas de solución.

5.    Elegir las alternativas más convenientes para ambas partes.

Interiorizar estos pasos y practicarlos de forma consciente y permanente de manera autocrítica conlleva diversos beneficios no solo para la pareja sino para la sociedad, pues las personas que optan por la modalidad democrática aprenden constantemente de sus experiencias y sirven como ejemplo a otras personas, además de que son capaces de proyectar sus comportamientos en otros ámbitos como el trabajo, la escuela o la participación comunitaria.

Como puede observarse, la promoción de la cultura cívica y los valores de convivencia democrática demandan un esfuerzo integral que tome en cuenta la diversidad de edades y condiciones sociales buscando un enfoque en la niñez y las personas jóvenes. Es crucial desarrollar pedagogías inclusivas que desmitifiquen la noción de que la democracia es exclusiva de quienes se dedican a la política o al gobierno. La base de la sociedad reside en las personas y en las interacciones que estas establecen entre sí. Por lo tanto, es esencial que todos los individuos, independientemente de su ámbito de actuación, comprendan su papel en la construcción de una sociedad democrática y participen activamente en ella.

En conclusión, la promoción de valores cívicos y democráticos en el ámbito microsocial no solo contribuye al bienestar y la armonía dentro de relaciones interpersonales, sino que también tiene un impacto positivo en la sociedad en su conjunto. Al fomentar una convivencia basada en el respeto mutuo, la tolerancia y la resolución pacífica de conflictos, se establece un ejemplo poderoso para otras personas y se afianzan las bases para una sociedad más justa, igualitaria y democrática. Por lo tanto, es fundamental continuar promoviendo activamente la cultura cívica y los valores democráticos en todos los niveles de la sociedad, desde las relaciones más íntimas hasta las esferas públicas y políticas.

[1] Disponible en la biblioteca digital del IECM: http://portal.iedf.org.mx/biblioteca/#
[2] IECM (2023) “Democracia en las Parejas”. En: Talleres, Mujeres libres y solidarias.
Disponible en: http://portal.iedf.org.mx/biblioteca/descargasC.php?id=517

Es plataforma digital libre y accesible que sirve como una herramienta de información y colaboración entre las juventudes y las instituciones para la empleabilidad en la CDMX

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