Las organizaciones de la sociedad civil son reconocidas como actores fundamentales en la vida nacional, comprometidos con la creación de entornos propicios para el desarrollo social en diversas esferas y ámbitos.
Estas organizaciones han asumido la responsabilidad de abordar problemáticas específicas en grupos sociales o comunidades, defendiendo y promoviendo los derechos humanos en todas sus dimensiones. Utilizan sus conocimientos y capacidades para convertirlos en buenas prácticas, sensibilizando sobre problemas particulares.
En este contexto, la incidencia pública desempeña un papel crucial. Varias organizaciones de la sociedad civil, respaldadas por la legislación, dirigen su misión hacia el interés público, fomentando el debate con actores políticos y sociales sobre políticas públicas de beneficio común.
La existencia de una sociedad civil dinámica y capaz de influir en la esfera pública, formando grupos de acción colectiva y participativa, es esencial en cualquier gobierno democrático. No solo diagnostican problemas, sino que también exigen resultados a los gobiernos.
El propósito de esta plataforma es visibilizar la complejidad de los temas que afectan a la juventud, reconociendo su diversidad y profundizando en su participación, derechos humanos y capacidad de influencia en políticas públicas en beneficio del país.
A pesar de los avances en derechos humanos y legislación progresista en la Ciudad de México, aún existen áreas en las que se deben garantizar tratamientos equitativos e igualitarios para los jóvenes. Esto requiere instrumentos jurídicos avanzados que definan prioridades y soluciones.
Concientizar y sensibilizar es el primer paso. Desde este espacio, invitamos a reflexionar sobre la importancia de los jóvenes como agentes de cambio, unidos en movimientos, colectivos, redes y organizaciones de la sociedad civil, con la sinergia necesaria para crear su propia agenda.
Esta agenda busca que los jóvenes demuestren su capacidad de influencia y participación en la creación de soluciones. Pasar de la propuesta a la iniciativa y finalmente a una política de gobierno que reconozca su papel social y colaborativo.
Por eso, es crucial establecer espacios de diálogo democrático, permitiendo una política de gobierno integral que abarque todas las etapas de la vida de los jóvenes, con políticas públicas centradas en sus necesidades y perspectivas. Esto los convertirá en actores activos con potencial para influir en la actuación del gobierno hacia su grupo y su comunidad.